Eclipse diurno

Te levantaste, miraste al cielo pensativo de ideas, carente de principios. Hoy era un día más en tu vida, un firmamento organizado como decorado. Te sumergiste en tus cascos, colocaste tus Ray Band y comenzaste a mirar el suelo. Ensimismado, absorto en piedras y chicles pegados. Sentiste un abandono del calor, un escalofrio en tus brazos. La gente miraba, al mismo cielo, al mismo sol. No era tu caso, la música martilleaba tus oidos, los de tu alrededor y las gafas te servían de antifaz oscuro, de velo cara al exterior. La oscuridad arreciaba en tu camino, las sombras se alargaron sin contemplación. Nadie quedaba ya en tu camino, no lo sabías, solo veías tu sombra, las piedras, los chicles pegados a tu alrededor. Era día de eclipse, de figuras negras alargadas buscando presas de color. No quisiste escuchar, ni ver, ni sentir, tu vida ya estaba vacía de sensaciones, de motivos o acciones.
...y entonces se completó la fase anular.
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